A pesar de sus esfuerzos por ofrecer un excelente servicio de atención al cliente, habrá situaciones en las que se enfrentará a clientes problemáticos. En el argot moderno, llamamos a un cliente así “Karen”. Como propietario de un negocio, no hay nada más frustrante que enfrentarse a un cliente así. Nadie quiere que se hable mal de su negocio, sobre todo en las redes sociales, donde cualquier cosa puede escalar incluso sin contexto. Tratar con un cliente problemático puede ser duro, pero hay formas prácticas de apagar el fuego antes de que sea demasiado grande.

Sé el más sensato

Nunca sale nada bueno de combatir el fuego con fuego en situaciones como ésta. Puede ser tentador contraatacar, pero no lo hagas. No importa si el problema es por algo tan insignificante, no hagas que el problema se agrave por contraatacar. Mantén la calma, respira hondo y haz todo lo que puedas para apagar el fuego.

No lo posponga

El hecho de que mantengas la calma y la sensatez no significa que debas aplazar el problema y dar por hecho que se resolverá en algún momento. En la medida de lo posible, intenta llegar a un acuerdo lo antes posible. Postergarlo puede dar lugar a que se agrave y entonces tendrás que lidiar con un problema mayor que el que empezaste.

No eches la culpa

Un cliente no está realmente interesado en saber quién fue el responsable de lo que tiene un problema, así que sería inútil jugar al juego de la culpa con tus compañeros. En lugar de eso, acepta toda la responsabilidad, ocúpate del asunto en cuestión y busca la manera de resolverlo. Una vez resuelto, puedes hablar con tus compañeros de trabajo y encontrar una solución para evitar que se repita el mismo problema.

Prepárese para perder a un cliente problemático

Habrá casos en los que tratará con los clientes más problemáticos, y eso es completamente normal, pero no es algo que deba tolerarse. Aunque hagas todo lo que esté en tu mano para resolver un problema y hacer feliz a un cliente, a veces seguirás sin poder satisfacerlo. Lo que puedes hacer en cambio es dejarlos ir. Los clientes que no valoran tu negocio y desprecian a tu equipo no son una gran pérdida por tu parte. Aunque exista el dicho “el cliente siempre tiene razón”, no significa que sea universalmente cierto. Si su cliente se niega a aceptarlo, ahórrese toda la frustración y déjelo marchar.