Por defecto, lo que sabemos de ganar bien es cuando hacemos un gran trabajo en el trabajo. A veces, incluso se dice que para sobresalir en lo que uno hace, hay que trabajar el doble o hay que ser muy versado en lo que se hace. Pero, sin embargo, a veces estas cosas no son realmente suficientes. Lo que la mayoría de la gente no sabe es que lo que puede ayudarte a triunfar es a quién conoces.

Si todos los días te levantas y piensas que tu objetivo final es triunfar por tu cuenta y mantenerte al margen por miedo a ser malinterpretado o a un trato injusto, entonces estás perdiendo por completo una oportunidad clave. El éxito en el lugar de trabajo no se basa únicamente en el rendimiento laboral, sino que también se nutre de a quién conoces y de lo que sabes.

Tienes que tener una relación profesional sólida con tus colegas. Si hay otras personas como tú con el mismo puesto, puedes tratarlas como un aliado y un oponente. La mayoría de la gente piensa que cada nivel de trabajo gana una cantidad específica, pero lo que realmente es, es que cada nivel de trabajo gana un determinado tramo.

Tener en cuenta la importancia de la amistad profesional con tus colegas te ayuda a entender lo que hacen y lo que ganan. Esto significa que, al ser consciente de lo que ganan los demás, te preparas mentalmente para negociar las condiciones de tu empleo.

Lo mismo ocurre con personas del mismo nivel de experiencia en otros trabajos. Tu experiencia profesional es un factor clave para determinar tu salario.

Aunque ambas relaciones son importantes, la más importante es la relación con tu jefe. Si tu jefe te ve como una pieza más del engranaje, eso demuestra que eres prescindible. Pero si usted y su jefe comparten una estrecha relación profesional, es más probable que se aseguren de que usted sea atendido en el trabajo. La mejor manera de hacerlo es mantener una sesión periódica de puesta al día con tu jefe. Estas reuniones deben centrarse en tres cosas: tu desarrollo profesional, una forma de mostrar a tu jefe en qué estás trabajando y qué puedes aportar y cómo puedes facilitarle la vida. Hacer un buen trabajo es una cosa, pero facilitarle la vida a tu jefe es aún más importante.